La tartamudez es un trastorno del habla el cual se caracteriza por repeticiones, prolongaciones o bloqueos de sonidos o palabras, llamadas disfluencias.
Estas interrupciones pueden surgir en cualquier persona, pero es más común que se de en niños pequeños de entre 2 a 5 años. Esto se debe a la etapa de aprendizaje del habla, dado que a esas edades están aprendiendo a organizar palabras y frases.
Síntomas de la tartamudez
Los síntomas pueden ser diferentes dependiendo de la persona que padezca este trastorno. Los más comunes son los siguientes:
- Repeticiones de sonidos, palabras o sílabas.
- Prolongaciones de sonidos.
- Bloqueos o pausas del habla.
- Incomodidad o ansiedad al hablar.
- Ansiedad por hablar.
- Capacidad limitada para comunicarse efectivamente.
Estas disfluencias pueden empeorar cuando la persona que padece este trastorno está cansada, estresada, emocionada o cuando se siente cohibida o presionada. Debido a esto, estas dificultades pueden estar acompañadas por:
- Tics faciales.
- Parpadeo rápido.
- Movimientos de cabeza.
- Temblores en los labios y mandíbulas.
¿Qué causa este trastorno y cuáles son sus tipos?
Según un estudio realizado por el Instituto Nacional de la Sordera y Otros Trastornos de la Comunicación, a día de hoy se desconocen las causas completamente. No obstante, se cree que es el resultado de una combinación de factores genéticos y ambientales. Hay dos tipos de tartamudez y tienen diferentes causas:
Tartamudez del desarrollo
Es el tipo más común. Se desarrolla en los niños más pequeños que están aprendiendo el habla y el lenguaje. La tartamudez del desarrollo suele afectar a 1 de cada 100 niños. Este trastorno suele darse antes de los 5 años y desaparecer antes de la edad adulta.
Hay algunos casos en los que se sigue tartamudeando y se desconoce la causa exacta. Además, la genética puede tener un papel importante, dado que en algunos casos este tipo puede ser hereditario.
Tartamudez neurogénica
Este tipo de tartamudeo puede producirse después de una lesión cerebral, un accidente cerebrovascular o un traumatismo craneoencefálico.
La tartamudez neurogénica suele ser más grave que la del desarrollo, dado que el cerebro tiene dificultad en coordinar las diferentes partes involucradas en el habla. Además, este tipo puede ser permanente.
Tratamientos
Hay diferentes tratamientos que pueden ayudar a la tartamudez. Estos dependen del tipo y la gravedad del trastorno. Así como la edad de la persona y los objetivos de comunicación, entre otros. Para tratarlos es importante contar con la ayuda de especialistas. Normalmente estos profesionales llevan a cabo las siguientes medidas dependiendo del caso:
- Terapia del habla. Es el más común. Consiste en ayudar a las personas a controlar el habla y a reducir las interrupciones. Esto se realiza con la intención de minimizar el tartamudeo al hablar. Mediante algunos tips cómo, tratar de hablar de forma más lenta, avanzar poco a poco de responder con palabras cortas a palabras más grandes e incluso frases complejas.
- Medicamentos. Estos pueden ayudar a tratar problemas de salud, como reducir la ansiedad o depresión en algunos casos. Este tratamiento debe estar regulado porque algunos medicamentos tienen efectos secundarios.
- Tratamiento de cirugía. En algunos casos, la cirugía puede ser una solución para curar la tartamudez. Este tratamiento se utiliza para corregir problemas físicos en los músculos o nervios que controlan el habla y contribuyen a este trastorno. El problema es que no es siempre eficaz y puede tener complicaciones.
