El verano es una época muy esperada. Desconexión, diversión, etc. Pero para ello, hay que prestar atención a ciertos aspectos de la salud para evitar problemas derivados del calor, la exposición al sol o los cambios de rutina.
Protección solar
- Usa protector solar de amplio espectro (mínimo SPF 30) y reaplícalo cada 2 horas.
- Evita la exposición directa al sol entre las 12:00 y las 17:00 h.
- Utiliza gorra, gafas de sol y ropa ligera que cubra la piel.
Hidratación constante
- Bebe al menos 2 litros de agua al día, incluso si no tienes sed.
- Evita el exceso de alcohol y bebidas azucaradas.
- Consume frutas y verduras con alto contenido de agua (sandía, melón, pepino).
Cuida tu piel
- Siempre después de la exposición al sol, hidrata bien la piel. Es aconsejable el aloe vera.
- Evita las quemaduras solares, ya que pueden tener consecuencias a largo plazo.
Alimentación saludable en verano
- Mantén una dieta equilibrada, rica en frutas, verduras y alimentos frescos.
- Evita comidas muy pesadas, grasas o con exceso de sal.
- Tener cuidado con los alimentos que consumimos en la playa o piscina. Hay que conservarlos adecuadamente.
Precaución con los golpes de calor
- Los síntomas incluyen mareos, dolor de cabeza, debilidad y piel enrojecida.
- Permanece en lugares frescos y ventilados.
- Si alguien muestra síntomas, coloca paños fríos, hidrátalo y, si es grave, busca atención médica.
Prevención de picaduras
- Usa repelente de insectos, sobre todo en zonas de campo o con agua estancada.
- Coloca mosquiteras si es necesario.
- En caso de picadura, limpia la zona y aplica un producto calmante.
Ejercicio, pero con precaución
- Haz deporte a primera hora de la mañana o al final de la tarde.
- No te exijas demasiado con altas temperaturas.
- Hidrátate bien antes, durante y después del ejercicio.
Especial atención a niños y mayores
- Son más vulnerables al calor.
- Deben estar bien hidratados continuamente y no exponerse al sol en las horas centrales.
- Vigila signos de deshidratación o fatiga.