El dolor de gemelos se refiere a molestias o calambres en los músculos de la parte posterior de la pierna, justo debajo de la rodilla, conocidos como gemelos o gastrocnemios. Este dolor puede variar desde leve hasta intenso y suele aparecer al caminar, correr o incluso en reposo durante la noche.
Causas comunes dolor de gemelos
El dolor de gemelos muchas veces se debe a sobrecarga muscular o calambres, que pueden evitarse con un buen calentamiento y estiramiento.
- Calentamiento previo al ejercicio:
- Aumenta la circulación sanguínea hacia los músculos, lo que mejora el aporte de oxígeno y nutrientes.
- Prepara los gemelos y demás músculos de la pierna para movimientos bruscos o de alta intensidad.
- Reduce el riesgo de lesiones, desgarros o sobrecargas.
- Estiramiento después del ejercicio:
- Ayuda a relajar el músculo, disminuyendo la tensión acumulada durante la actividad física.
- Mejora la flexibilidad, evitando que los músculos se acorten y se vuelvan más propensos a calambres.
- Favorece la recuperación muscular, reduciendo dolor y rigidez post-ejercicio.
- Estiramientos específicos para gemelos:
- Estiramiento de pie apoyando la planta del pie en el suelo y llevando el talón hacia abajo.
- Estiramiento con la pierna extendida sobre una superficie inclinada o escalón.
- Movimientos suaves antes y después de correr, saltar o entrenar.
Síntomas
- Dolor repentino o constante en la parte posterior de la pierna.
- Rigidez o sensación de tensión en el músculo.
- Hinchazón, hematomas o dificultad para caminar (en caso de lesión).
- Calambres nocturnos que despiertan del sueño.
Tratamiento y cuidados
- Descanso relativo. Evitar actividades que empeoren el dolor.
Estiramientos suaves. Gemelos, soleo y tobillos. - Masaje o calor local. Mejora la circulación y relaja el músculo.
- Hidratación y aporte de minerales. Agua, plátano, frutos secos o suplementos si es necesario.
- Medicamentos antiinflamatorios. Solo si lo indica un médico y de forma puntual.
Cuándo acudir al médico por dolor de gemelos
- Dolor muy intenso que impide caminar.
- Hinchazón, enrojecimiento o calor en la zona.
- Aparición de hematomas grandes o deformidad muscular.
- Dolor acompañado de fiebre o problemas para mover el pie.
- Sospecha de trombosis (dolor súbito, hinchazón y calor en la pierna).