La digestión es el proceso de transformación de los alimentos que consumimos en pequeñas moléculas, que son los nutrientes.
Podemos dividir el proceso de digestión en diversas etapas:
- La primera etapa comienza en la boca, cuando introducimos la comida y la masticamos hasta convertirse en el bolo alimenticio.
- A continuación, atraviesa el esófago hasta llegar al estómago. Es aquí donde el bolo alimenticio se deshace.
- Posteriormente órganos como el hígado y el páncreas se encargan de segregar sustancias (enzimas) que ayudan a descomponer los alimentos.
- Las últimas etapas tienen lugar en el intestino delgado y grueso. En el intestino delgado los jugos, así como la bilis se transforman en nutrientes. Al intestino grueso llegan los alimentos que no se han aprovechado, se transforman en heces y se expulsan por el ano.
¿Cómo hacer una buena digestión?
Para poder hacer una buena digestión es importante seguir unas sencillas pautas dictadas por los nutricionistas. La primera de ellas tiene que ver con los hábitos alimenticios. Hay que llevar una dieta equilibrada y controlar las cantidades que consumimos. Se deben consumir alimentos con poca grasa, evitar el alcohol y el consumo excesivo de bebidas gaseosas.
Además, es aconsejable no hablar con comida en la boca y tener cuidado con lo que se hace tras la comida. No es aconsejable acostarse, pero tampoco lo es realizar esfuerzos y mucho menos ejercicio.
En línea con los buenos hábitos de consumo se encuentra la organización. Con esto nos referimos a establecer un horario de las comidas, principalmente desayuno, comida y cena para regular el organismo. Es recomendable intentar comer siempre sobre la misma hora.
Otro punto importante es masticar bien. Masticar correctamente los alimentos favorece la buena digestión. Se estima que cada bocado se debe masticar mínimo 30 veces lo que permite absorber más cantidad de nutrientes. Además de la digestión favorece a la disminución de gases y estrés.
Beber agua y tomar infusiones, otra pauta a seguir. Como todos sabemos es necesario para tener una buena salud ingerir entre dos y tres litros de agua al día. Hay que distribuir el consumo y no hacerlo todo de golpe. Centrándonos en la digestión, beber agua durante y tras la comida es su justa medida beneficia a la digestión y depura el organismo.
Por su parte, tomar una infusión tras cada comida ayuda a digerir los alimentos, tener una buena digestión y también reducir los gases y la pesadez. Algunas de las más efectivas son el jengibre, el hinojo, el anís o la manzanilla, entre otros.
El último consejo que os facilitamos desde Clínica Levante Rivas es la práctica de ejercicio. Como hemos mencionado esta no debe realizarse inmediatamente después de la comida, pero si a lo largo del día. Esta práctica acelera el proceso digestivo, pero además tiene multitud de beneficios como favorecer el tránsito intestinal, reducir el colesterol, prevenir el estreñimiento o combatir el estrés, entre otros.