La escoliosis es conocida como una deformidad de la columna vertebral, caracterizada por una curvatura lateral anormal. En lugar de presentar una forma recta, las personas que sufren este problema tienen una curvatura en forma de ‘S’ o ‘C’. A pesar de que esto puede afectar a cualquier edad, comúnmente se suele dar en la adolescencia.
¿Por qué es causada esta deformidad?
Las causas de esta deformidad pueden variar, dividiéndose principalmente en tres tipos:
- Escoliosis idiopática. Su nombre viene porque no existe causa conocida. Esta se diagnostica en tres grupos de edades diferentes: infantil, de 0 a 3 años, juvenil, de 4-10 años y en adolescentes, de 11 a 18 años.
- Congénita. Esta deformación de la columna se debe a anomalías en la formación de las vértebras antes del nacimiento.
- Escoliosis neuromuscular. En este caso, se desarrolla como consecuencia de trastornos neuromusculares. Esto se debe a causas como la parálisis cerebral o distrofia muscular, que afectan a los músculos que sostienen la espalda y la columna vertebral.
¿Cómo tratar la escoliosis?
A pesar de que es un tratamiento que debe realizar un profesional de traumatología, este dependerá de la gravedad de la curvatura, la edad del paciente y la causa de esta deformación. Algunos de estos procesos pueden incluir lo siguiente:
- Observar el proceso. Muchos profesionales cuando se da esta deformación de la columna en niños, optan por observar durante un tiempo y ver cómo avanza la desviación y si evoluciona favorablemente la columna vertebral.
- Fisioterapia y ejercicios. En algunos casos recomiendan programas de ejercicios específicos para fortalecer los músculos que rodean y protegen la columna vertebral. Estos se hacen con el fin de mejorar la postura.
- Usar corsés. Es uno de los tratamientos que se realizan especialmente en adolescentes con curvaturas moderadas. El uso de estos corsés ayudan a frenar la progresión de la escoliosis y en algunos casos la corrige.
- Cirugía. En casos muy avanzados se aplica un tratamiento de cirugía para corregir la curvatura de la espalda. Para ello se injertan huesos y dispositivos como varillas y tornillos en las vértebras afectadas para corregir la postura.
Todos estos tratamientos deben ser personalizados atendiendo a las necesidades de cada paciente y siempre bajo la supervisión de profesionales de la salud. Es muy importante detectar esta deformación a tiempo para realizar un seguimiento regular y gestionar la escoliosis de manera efectiva.
