La epilepsia es un trastorno del sistema nervioso central (neurológico) en el que la actividad en la corteza cerebral se vuelve anormal, lo que provoca convulsiones o períodos de comportamientos inesperados e incluso, en ocasiones, pérdida de conciencia.
¿Cuáles son los principales síntomas?
La epilepsia se manifiesta, como se ha mencionado, a través de convulsiones. A su vez, dichas convulsiones pueden provocar:
- Confusión temporal.
- Rigidez.
- Miedo.
- Episodios de ausencias.
- Movimientos espasmódicos incontrolables de brazos y piernas.
- Ansiedad.
- Pérdida del conocimiento o conciencia.
Causas epilepsia
Para diagnosticar y tratar adecuadamente la epilepsia hay que conocer la causa que la produce. Se pueden diferenciar tres casusas generales:
- Causa genética. También se denomina idiopáticas. Son producidas por alteraciones genéticas y suelen aparecer durante las dos. Suelen a primeras épocas de la vida. En caso de aparecer más tardíamente no suele relacionarse con esta causa.
- Causa estructural. La epilepsia aparece como consecuencia de una lesión en el cerebro que ha sido identificada claramente, como puede ser un traumatismo, ictus, tumor, infección, inflamación, malformaciones en la corteza cerebral, enfermedades neurodegenerativas, etc. Depende de la lesión cerebral es más común en unas edades que en otras. Por ejemplo, los traumatismos afectan sobre todo a adultos jóvenes y los tumores cerebrales predominan en adultos de entre 40 y 50 años.
- Causa desconocida. En estos casos no se llega a determinar la causa de la epilepsia, habitualmente suelen ser lesiones estructurales microscópicas.
Diagnóstico de la epilepsia
La base para diagnosticar la epilepsia es una historia clínica minuciosa realizada tanto a los pacientes como a los testigos de las crisis. A ella, se le suma determinadas exploraciones como:
- Electroencefalograma (EEG). Permite analizar la actividad cerebral de la persona en tiempo real. Para ello, se colocan electrodos en la cabeza que permiten registrar la actividad eléctrica cerebral.
- Resonancia magnética (RM) cerebral. Es una prueba radiológica que no emite radiación y que permite identificar lesiones cerebrales causantes de la epilepsia.
- Tomografía computarizada por emisión de fotón (PET/SPECT). Son pruebas de Medicina Nuclear utilizadas en epilepsias complejas que ayudan a localizar las zonas donde hay bajo consumo de glucosa, ya que estas se relacionan con las áreas cerebrales donde tienen lugar las crisis.
Tratamientos más recomendados
El tratamiento de la epilepsia tiene como objetivo inicial evitar la aparición de nuevas crisis. Para, ello lo primero que se debe hacer es tomar una serie de medidas, ya que los factores que a continuación de mencionan pueden precipitar la aparición de las crisis:
- Dormir las horas suficientes, ni de más ni de menos.
- No consumir alcohol ni drogas.
- Evitar el estrés.
- Tener cuidado si se padece fotosensibilidad.
Teniendo en cuenta estos aspectos, el tratamiento más común es la medicación. Se trata concretamente de los llamados Fármacos antiepilépticos (FAE). Son compuestos químicos que actúan a nivel del sistema nervioso central.
Dado que existen numerosos fármacos antiepilépticos, su elección viene dada por el caso concreto. Depende el tipo de epilepsia, sus indicaciones, contraindicaciones, posibles efectos. Es obligatorio que sean recetados por un medico profesional.