La miopía, hipermetropía y el astigmatismo son problemas oculares. Puede afectar a la visión de lejos, de cerca o a ambas. Para detectarlas es importante realizar revisiones oculares con relativa frecuencia.
Diferencias entre miopía, hipermetropía y astigmatismo
Miopía
La miopía es una afección del ojo que afecta a la visión a larga distancia. Se produce porque los rayos de luz se desvían y en lugar de enfocar detrás de la retina lo hace por delante. De esta manera la imagen se desenfoca.
Se trata de la afección más común en todo el mundo. Se empieza a desarrollar a edades muy tempranas. Según diversos estudios entre los 5 y 7 años de edad. Según el último ‘Informe de la Miopía en España’, el 39% de las personas sufren esta afección. Aumentándose en las edades de entre 18 y 35 años.
Hipermetropía
La hipermetropía es lo contrario a la miopía. De manera que la hipermetropía es una afección que afecta a la visión de cerca. La hipermetropía se puede producir por dos causas. Bien porque el globo ocular es más corto de lo normal o porque la córnea no está lo suficientemente curvada. Lo que provoca que los rayos de la luz no se reflectan como deben.
A diferencia de otras afecciones oculares, la hipermetropía no aumenta con el paso de los años, al revés. Puede disminuir progresivamente. Alrededor del 30% de la población en Europa la sufre.
Las personas más afectadas en este caso son los bebés, ya que no tienen desarrollado del todo su globo ocular. Y es por ello, que con el paso de los años se puede corregir.
Astigmatismo
Por su parte el astigmatismo es la anomalía ocular que produce visión borrosa tanto de cerca como de lejos.
La causa que provoca esta anomalía puede ser dos. Por la córnea o por el cristalino. Cuando alguno de los dos tiene una forma que no es la correcta o común. Lo que provoca una visión distorsionada y borrosa.
En España alrededor del 25% de la población tiene astigmatismo. Siendo la tercera anomalía visual más común entre la población.
En este caso afecta tanto a niños como adultos. Pues se desarrolla a lo largo de los años aunque en muchos casos se debe a la genética. Es decir, se hereda.
Tratamientos para lamiopía, hipermetropía y astigmatismo
La miopía, la hipermetropía y el astigmatismo deben ser diagnosticadas por un experto. Para ello, se realizan pruebas exploratorias que permiten hacer un diagnóstico correcto de la anomalía y de su graduación.
El tratamiento más común y extendido es el uso de gafas y/o lentes.
Sin embargo, existe otro tipo de tratamiento que consiste en una intervención quirúrgica. Esta opción está más extendida para aquellos que sufren miopía, pero también es apto para el astigmatismo y la hipermetropía.
En cualquiera de los casos, se suele realizar primero en un ojo y posteriormente en otro.
Será el especialista quien tras la exploración correspondiente determine qué tratamiento es más efectivo y las pautas a seguir. Puedes consultarnos todas tus dudas.