El trastorno del sueño infantil incluye cualquier dificultad significativa para dormir o mantener un sueño reparador, que afecta la salud, el comportamiento o el desarrollo del niño. Puede ser primario (originado en el sueño mismo) o secundario (debido a otra enfermedad).
Tipos
- Insomnio infantil
- Dificultad para iniciar o mantener el sueño.
- Frecuente en niños pequeños y escolares.
- Puede deberse a ansiedad, hábitos inadecuados de sueño o problemas médicos.
- Parasomnias
- Son comportamientos anormales durante el sueño.
- Ejemplos: sonambulismo, terrores nocturnos, pesadillas.
- Trastornos respiratorios del sueño
- Apnea obstructiva del sueño (AOS) en niños.
- Relacionado con amígdalas/adenoides grandes, obesidad o problemas neuromusculares.
- Trastornos del ritmo circadiano
- Dificultad para conciliar el sueño a la hora habitual.
- Ejemplo: síndrome de retraso de fase del sueño en adolescentes.
Causas
- Factores ambientales: rutinas irregulares, exceso de pantallas antes de dormir.
- Factores médicos: asma, reflujo, alergias, dolor crónico.
- Genética: predisposición a ciertos trastornos del sueño.
- Factores psicológicos: ansiedad, estrés, cambios en la familia.
Síntomas trastorno del sueño
- Irritabilidad y cambios de humor.
- Dificultad de concentración y bajo rendimiento escolar.
- Somnolencia diurna excesiva.
- Problemas de crecimiento si el sueño es crónicamente insuficiente.
Diagnóstico
- Historia clínica detallada: hábitos de sueño, ambiente, salud general.
- Cuestionarios de sueño infantiles.
- Polisonografía: estudio del sueño en casos complicados.
- Evaluación de enfermedades subyacentes (asma, apnea, ansiedad).
Tratamiento trastorno del sueño
Hay distintos tratamientos para este trastorno. En primer lugar, se suelen tomar medidas conductuales y de higiene del sueño. Esto implica como base, establecer horarios de sueño regulares y crear un ambiente adecuado: oscuro, silencioso y fresco.
También es importante limitar pantallas y actividades estimulantes antes de dormir. Se deben llevar a cabo rutinas relajantes: lectura, baño o música suave, entre otras.
Cuando estas medidas no funcionan, hay que acudir al tratamiento médico. En caso de apnea del sueño: cirugía (amígdalas/adenoides), CPAP. Hacer uso de medicación tiene lugar sólo en casos específicos y bajo supervisión pediátrica.
Lo menos frecuente son las intervenciones psicológicas. Se trata de terapia cognitivo-conductual para insomnio o ansiedad asociada. Además de dar apoyo familiar y educación sobre hábitos de sueño.
Consecuencias si no se trata
- Problemas de aprendizaje y memoria.
- Dificultades emocionales y de comportamiento.
- Riesgo aumentado de obesidad y trastornos metabólicos.
- Fatiga crónica y disminución de la calidad de vida.