La traumatología infantil es la rama que se centra en el diagnóstico, tratamiento y cuidado de las lesiones y trastornos que afectan al aparato locomotor de los niños y adolescentes.
Lesiones frecuentes
Algunas de las lesiones más frecuentes en traumatología infantil son las siguientes:
- Fracturas. Los huesos de los niños se encuentran en pleno crecimiento y son susceptibles de sufrir fracturas. Normalmente y a diferencia de los adultos se tratan con la inmovilización o incluso cirugía. Dependiendo de la edad, las fracturas más comunes pueden variar. Por ejemplo, son muy usuales las de clavícula y de húmero distal.
- Problemas ortopédicos congénitos. Algunos niños nacen con afecciones musculoesqueléticas. Algunas de las más frecuentes son el pie equinovaro (pie zambo), la luxación congénita de rodilla, displasia de cadera o escoliosis.
- Lesiones deportivas en niños. La mayoría de niños y adolescentes practican deporte. Lo que aumenta las probabilidades de tener una lesión traumatológica. Por ejemplo, esguinces, luxaciones o fracturas. Siendo necesario acudir al especialista en traumatología infantil para diagnosticar la lesión y poner el tratamiento adecuado.
- Malformaciones del sistema musculoesquelético. Algunos niños pueden desarrollar de forma anormal su cuerpo.. Ejemplo de ello son las piernas arqueadas, pies planos o alteraciones en la alineación de la columna vertebral, entre otros.
- Lesiones de crecimiento. El periodo de crecimiento de un niño es muy largo y puede dar lugar a afecciones que requieren un tratamiento específico. Tales como la enfermedad de Sever (inflamación del talón) o enfermedad de Osgood-Schlatter (inflamación en la rodilla), entre otras.
Es importante destacar que la traumatología infantil se enfoca en tratar y curar las lesiones concretas que se producen en los niños y adolescentes. Los especialistas en traumatología infantil trabajan en colaboración con otros profesionales de la salud, como pediatras, fisioterapeutas y ortopedistas. Lo que ayuda a ofrecer una mejor atención para dar solución a la lesión de los niños.
Cómo diagnosticar lesiones en traumatología infantil
El diagnóstico en traumatología infantil generalmente se realiza mediante la combinación de diferentes pruebas, entre ellas:
- Historia clínica. Es el primer paso para cualquier diagnóstico. Consiste en conocer detalladamente los antecedentes médicos del niño o niña, así como la situación en el momento de la consulta. Qué le ha sucedido y cómo.
- Examen físico. Exploración al paciente. Hacer un examen físico para ver los síntomas y palpar la zona. Si por ejemplo hay dolor o inflamación.
- Pruebas de diagnóstico por imagen. Sirven para confirmar las hipótesis del especialista durante el examen físico. Las más comunes son:
- Radiografías: ayudan a detectar fracturas óseas y evaluar la alineación de los huesos.
- Ecografía: se emplea para examinar tejidos blandos (músculos, tendones y ligamentos).
- Resonancia magnética (RM): permite obtener imágenes detalladas de los tejidos blandos y así, detectar y evaluar lesiones más complejas.
- Tomografía computarizada (TC): para obtener información más detallada de los huesos y articulaciones.
- Análisis de laboratorio. En algunos casos, pueden ser necesarios análisis de sangre u otras pruebas de laboratorio para evaluar aspectos específicos, como infecciones o trastornos metabólicos.
El diagnóstico preciso es fundamental para determinar el plan de tratamiento adecuado. Por lo tanto, es importante comunicar todos los síntomas y antecedentes relevantes al médico especialista en traumatología infantil, quien a partir de todo ello puede llegar a un diagnóstico preciso y aplicar el tratamiento más efectivo.