La depresión es un trastorno mental que afecta al estado de ánimo. Se caracteriza por tener sentimientos de tristeza, frustración, etc. que influye directamente en el comportamiento diario durante un periodo determinado de tiempo.
Cuando una persona tiene depresión experimenta un estado de ánimo de tristeza y sensación de inestabilidad, es decir, deprimido. Durante este periodo de tiempo la persona en cuestión no disfruta de la vida y no tiene interés por realizar actividades. Además de la tristeza, una persona con depresión experimenta otros síntomas como:
- Ira.
- Irritabilidad.
- Problemas con el sueño, puede ser falta o exceso.
- Apetito.
- Cansancio.
- Sentimiento de culpa.
- Astenia.
- Dolor.
- Sin ganas de relacionarse.
- Falta de ganas para realizar actividades.
- Inestabilidad.
- A veces pensamientos suicidas o de muerte.
Todos estos son síntomas que no tienen porque afectar a una persona, es decir, dependiendo del tipo de depresión una persona puede tener uno, varios o todos los síntomas mencionados.
Tipos de depresión
Existen varios tipos en función de la intensidad y los síntomas. Los tipos principales son:
- Depresión mayor. El estado de ánimo deprimido, con frustración e ira se prolonga durante un periodo largo de tiempo (mínimo dos semanas). A ello se suma el efecto que tiene dicho estado en el desarrollo de la vida cotidiana.
- Depresión menor. Tiene lugar cuando se trata de una depresión leve, pero que sin embargo su duración es prolongada en el tiempo, pudiendo durar años.
- Trastorno depresivo persistente o distimia. El trastorno es continuo y a largo plazo. Dura mínimo dos años. Las características son similares a la depresión mayor, pero con síntomas menos intensos. A veces se confunde con una personalidad pesimista depresiva, pero sin embargo no lo es y tiene tratamiento como el resto de las depresiones.
- Depresión reactiva. Este tipo tiene lugar cuando la causa es una situación externa. Es decir, los síntomas se asocian a un acontecimiento que ha tenido lugar en los tres meses previos. Suele ser común tras la pérdida de un familiar, problemas o pérdida del trabajo, etc.
Tratamientos para la depresión
Para conocer el mejor tratamiento para la depresión es imprescindible acudir a un especialista. Normalmente, se caracteriza por dos tipos de tratamientos principalmente: farmacológico y psicoterapia, siendo en muchos casos necesaria la combinación de ambas.
El tratamiento farmacológico tiene lugar con antidepresivos. Estos permiten equilibrar algunas sustancias del cerebro que afectan a las emociones y apetito, entre otros como es la serotonina. Debe ser el médico especialista quien decida qué tipo de antidepresivo tomar, la duración y la cantidad.
Por su parte, la psicoterapia consiste en la ayuda de un especialista a través de conversaciones. Se trata de dar apoyo emocional y aportar técnicas de comportamiento y actitud para eliminar los pensamientos negativos.
En los casos más graves a veces se aplica el tratamiento electroconvulsivo, sobre todo cuando existen pensamientos suicidas. Se aplican corrientes eléctricas en el cerebro y estas impactan directamente en los neurotransmisores para así eliminar la depresión.