Tu pequeño ya ha alcanzado el primer año de vida, y nuestro equipo de pediatra en Rivas nos señala la importancia de mantener las revisiones como hasta ahora para evitar contratiempos innecesarios en el crecimiento del niño. Esta nueva etapa se vuelve especialmente importante, ya que en se pasa de “bebé a niño” en torno a los 2 años.
Pediatra en Rivas: importancia de las revisiones
Como hemos dicho, estas visitas son imprescindibles. En nuestra clínica, el pediatra en Rivas medirá que el desarrollo del pequeño sea el adecuado y nos aconsejará sobre su salud. En estas citas se tiene en cuenta:
- Las medidas. Se controla que el peso y estatura sean los correspondientes a su edad. Además, se mide el perímetro del cráneo.
- Se realizan pruebas de detección. Se hacen preguntas al pequeño de forma lúdica para ver que hay un correcto desarrollo cognitivo-conductual y detectar posibles problemas (autismo, desarrollo madurativo…). Lo más habitual cuando un niño tiene alrededor de año y medio es que corra, que sea capaz de decir hasta 20 palabras, señales partes del cuerpo, haga garabatos, pueda tirar una pelota, se pueda quitar alguna prenda de ropa o imite con cierta repetición. También a esta edad suelen mostrar afecto, son capaces de escuchar una historia o mientras se le cuenta, por ejemplo, un cuento y empieza a tener sentido de pertenencia. Dice “mi”, “mío”
- Movimientos y reflejos. Se hacen una serie de pruebas para comprobar el sistema nervioso del pequeño.
- Vacunas. Es importantísimo estar al día en el calendario de vacunas de nuestros hijos. Estas son el medio para prevenir enfermedades. Nuestro pediatra en Rivas aconseja llevar algún juguete, cuento etc para que esté tranquilo y esta experiencia no se vuelva traumática.
- Alimentación. Este tema se vuelve un terreno pantanoso para muchos padres. Por eso el pediatra en Rivas nos cuenta la importancia de explorar lo que le rodea, interactuar, jugar…
Recomendaciones de tu pediatra
Además, se recomienda que durante el rato reservado a la comida se evite la televisión. Son muchos los progenitores que lo hacen con la mejor de las intenciones para que el niño se distraiga, pero nada más lejos de la realidad. Lo que se consigue con esto es que los niños no presten atención a lo que comen, no aprecien los sabores ni texturas y pierden la noción sobre la cantidad de lo que ingieren.
- Comunicación. En estas revisiones también se tiene en cuenta que la que la comprensión y habla avancen de forma óptima. En esta fase los niños son capaces de reconocer su nombre y órdenes simples. Como indicábamos antes, lo normal es que pueda decir hasta un total de 20 palabras individuales, tiene claro el concepto de negación y señala al otro lo que quiere.
En esta época también se dan cambios en lo que a balbuceos se refiere. Estos comienzan a estar mucho más confeccionados. Al principio emite palabras bisílabas como “pa-pa” y, más tarde, más de dos con un tono que imita al de la lengua de los padres para pronto pasar a una verborrea mucho más elaborada.