El déficit calórico consiste en consumir menos calorías de las que el cuerpo gasta a lo largo del día. Para que sea efectivo, debe ser controlado. La pérdida de grasa debe ser saludable, que no afecte al bienestar.
¿Cómo hacer déficit calórico?
La forma más segura de crear un déficit es hacerlo de forma progresiva. Es decir, combinar una dieta equilibrada con ejercicio físico. Esto permite una pérdida de peso efectiva y sostenible. Además, aunque se reduzca la ingesta calórica, hay que cubrir las necesidades de nutrientes esenciales.
Riesgos
Hacer un déficit calórico de manera inadecuada tiene diversos riesgos.
- Pérdida de masa muscular. Un déficit calórico muy elevado puede hacer que tu cuerpo descomponga músculo para obtener energía.
- Desnutrición. Una ingesta calórica insuficiente a largo plazo puede llevar a deficiencias nutricionales, afectando tu sistema inmunológico y aumentando el riesgo de enfermedades.
- Metabolismo lento. El cuerpo se adapta a una ingesta calórica reducida disminuyendo el metabolismo, lo que dificulta la pérdida de peso a largo plazo y puede llevar al temido efecto rebote.
- Fatiga y debilidad. La falta de energía puede afectar tanto al rendimiento físico como mental.
- Alteraciones hormonales. Puede alterar las hormonas que regulan el apetito y el metabolismo, lo que puede llevar a atracones y dificultades para mantener un peso saludable a largo plazo.
- Problemas de salud mental. La restricción extrema y la obsesión por la comida pueden provocar trastornos alimentarios importantes como la anorexia o la bulimia.
¿Cómo evitar los riesgos?
- Déficit calórico moderado. Es preferible un déficit calórico moderado para una pérdida de peso saludable y sostenible.
- Nutrición equilibrada. Se deben consumir todos los nutrientes esenciales.
- Ejercicio regular. El ejercicio ayuda a mantener la masa muscular y mejora el metabolismo.
- Consulta a un profesional. Un nutricionista puede ayudar a diseñar un plan de alimentación personalizado y saludable.