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esguince de tobillo

Diagnóstico de un esguince de tobillo, síntomas y tratamiento

Un esguince es una distensión o desgarro de los ligamentos. Dado que los ligamentos son un tejido firme pero flexible, que conecta los huesos dando lugar a las articulaciones, cuando estos se estiran en exceso produce dolor muscular e incluso hinchazón.

Existen tres clases de esguince, según la gravedad:

  • Esguince de grado 1: cuando se produce distensión de los ligamentos, pero sin llegar a que se rompan. Es el esguince más leve
  • Esguince de grado 2: distensión que sí provoca la rotura parcial del tejido ligamentoso. Se trata de un esguince medio, pero grave
  • Esguince de grado 3: distensión que produce una rotura completa del ligamento. Es el esguince más grave 

Diagnóstico esguince

Para diagnosticar un esguince de tobillo primero se deben conocer los síntomas y la causa de la lesión: caída, torcedura, etc. Posteriormente, se valora la zona para detectar el nivel de inflamación, zona dolorida, hematoma e incluso la limitación a la hora de mover el tobillo. 

También es frecuente realizar una radiografía para ver el nivel de distensión. En ocasiones, aunque de manera mucho menos frecuente también se podría diagnosticar un esguince de tobillo a través de una ecografía articular o un TAC.

Síntomas esguince de tobillo 

Los síntomas de un esguince de tobillo, como de cualquier otra patología pueden ser diferentes en función de la gravedad de la lesión. No obstante, los más frecuentes son: 

Los signos y síntomas de un esguince de tobillo varían según la gravedad de la lesión.

  • Dolor.
  • Hinchazón.
  • Hematoma.
  • Reducción de la movilidad.
  • Imposibilidad de soportar peso en el pie afectado.
  • Dificultad para caminar.

Tratamiento

El tratamiento utilizado para curar un esguince de tobillo depende de su gravedad y, por tanto, del grado. Cuando se trata de un esguince grave, es decir, que se ha producido la rotura del ligamento, se utilizan férulas para inmovilizar el pie. 

Lo más frecuente es utilizar vendajes compresivos y tomar analgésicos para reducir el dolor. 

En cualquiera de los casos, independientemente de la gravedad del esguince, se aconseja el conocido tratamiento P.R.I.C.E. Se trata de un proceso de cinco pasos que, por sus siglas en inglés, se trata de “Rest, Ice, Compression, Elevation”, es decir, reposo, hielo, compresión, elevación. 

  • Descansar.
  • Ponerse hielo en la zona afectada durante 15 o 20 minutos.
  • Vendaje.
  • Colocar el pie por encima del corazón para reducir la hinchazón.
  • Elevación. Para reducir la hinchazón, levanta el tobillo por encima del nivel del corazón, especialmente por la noche. La gravedad ayuda a reducir la hinchazón al drenar el exceso de fluidos.

También es importante en la medida de lo posible hacer ejercicios para mejorar el movimiento, la fuerza y la estabilidad (siempre guiado por un profesional).

¿Se puede prevenir un esguince de tobillo?

Depende de la causa, habitualmente no se pueden prevenir, pero sí se pueden tomar medidas para que las posibilidades disminuyan. Por ejemplo, a la hora de practicar ejercicio, realizar los estiramientos necesarios tanto antes como después de la práctica. También es importante utilizar el calzado adecuado para cada actividad.