El asma es una enfermedad crónica que afecta a las vías respiratorias. Se produce una hinchazón y como consecuencia, los pulmones se estrechan reduciendo la cantidad de aire que entra. Esto provoca dificultad para respirar, entre otros síntomas.
Entre otros síntomas comunes se encuentran:
- Falta de aire.
- Dolor u opresión en el pecho.
- Silbidos en el pecho.
- Tos por las noches y por la mañana.
- Dificultad para dormir.
No solo el asma produce los síntomas mencionados, pero hay otros aspectos que sumados a los síntomas determinan si es o no asma. Por ejemplo, el asma puede aparecer y desaparecer a lo largo del día o a lo largo de las semanas, no tiene porque ser algo constante. Los síntomas suelen ser más notables por la noche y por la mañana, reduciéndose o desapareciendo durante el resto del día. Además, suele aparecer cuando se realiza ejercicio, se sufre alergia o se tiene un resfriado.
¿Tiene cura el asma?
El asma es una enfermedad que no tiene cura. No obstante, llevando a cabo el tratamiento adecuado en cada momento los síntomas se pueden controlar. Como hemos mencionado, el asma puede variar a lo largo del tiempo y por ello, el tratamiento depende de cada momento. Lo más adecuado es acudir al médico regularmente para controlar la enfermedad.
Diagnóstico
Como ocurre con cualquier patología, para el diagnóstico del asma es necesario realizar una serie de pruebas. Cuando se acude al especialista este en primer lugar, se informará de los síntomas y hará una exploración física. También realizará preguntas acerca de los aspectos que ya hemos mencionado, si se desencadena con la práctica de ejercicio, por ejemplo.
Tras ello, las pruebas que se suelen realizar son:
- Lo primero que se suele hacer es medir el flujo respiratorio, lo que se conoce como espirometría. Permite conocer cómo funcionan los pulmones a través de analizar cuál es el aire que el paciente exhala y a qué velocidad lo hace.
- Dependiendo de los resultados de la espirometría el médico puede considerar necesario hacer la prueba de estimulación.
- La radiografía de tórax es también una prueba típica. Se realiza con el objetivo de descartar que se trate de otra enfermedad de los pulmones.
- Como el asma está relacionado con alergias es frecuente que para completar el diagnóstico se realicen pruebas cutáneas de alergia.
Tratamiento
Para tratar el asma existen diferentes tratamientos en función de la sintomatología de cada paciente y de otros aspectos como la edad, las causas, si se tienen otras enfermedades, etc. No obstante, lo común es que el tratamiento se efectúe con alguno de los siguientes medicamentos:
- Broncodilatadores. Son medicamentos que se inhalan y que permiten un alivio rápido, ya que su función es abrir las vías respiratorias. Existen dos tipos: acción rápida, para aquellas personas que tienen síntomas todos los días. Se debe tomar por la mañana y por la noche. Y los de acción corta, que se utilizan para momentos específicos.
- Si el asma está ligado a la alergia, se suele recetar el consumo de antihistamínicos.
