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mitomanía

Trastorno psicológico de mentir: mitomanía

La mitomanía o adicción de las personas a mentir, también conocido como mentira patológica o pseudología fantástica es un trastorno psicológico. El término proviene del griego. Por un lado, mitos que significa ficción, historia fantástica y por otro, manía que indica compulsión, conducta caprichosa.

La mitomanía es cuando alguien miente mucho para conseguir atención o evitar castigos. También se le llama mentiroso compulsivo.  

Además de la conducta repetitiva de mentir, las personas que sufren este trastorno pueden presentar a la vez otros síntomas como:

  • Ansiedad
  • Baja autoestima
  • Dificultades para las relaciones sociales
  • Dificultad para dejar de mentir
  • Satisfacción cuando logran su objetivo gracias al impulso de mentir.

Normalmente las personas que sufren este tipo de trastorno suelen usar las mentiras como fuente de refugio frente a una realidad que no le gusta. Son personas que suelen tener problemas de autoestima y que quieren ser como otras personas.

Según los expertos la mitomanía se puede clasificar en tres grupos:

  • Teoría biológica: el cerebro de una persona mentirosa es diferente. Tiene más sustancia blanca en la corteza prefrontal.
  • Teoría social: la mentira está asociada con algún trastorno de la personalidad.
  • Teoría psicoanalítica: para aquellas personas que mienten sobre su identidad por una mala construcción de ella durante su infancia.

¿Por qué una persona miente sin necesidad?

Depende de cada persona. Según diferentes estudios los motivos pueden ser varios.

Desde obtener beneficios hasta llamar la atención. En muchos casos está vinculado con la falta de autoestima e inseguridades. La persona en cuestión trata de dar una supuesta mejor imagen de uno mismo.

Mentiroso y mitómano 

Es importante saber que mentiroso y mitómano no es lo mismo, hay diferencias entre sí. Mientras un mitómano dice mentiras de forma compulsiva el mentiroso lo hace de forma ocasional con el fin de protegerse. Además, el mitómano lo que intenta es transformar la realidad. Imita otras personalidades, inventa experiencias, etc. porque no le gusta su realidad.

¿Cómo saber si una persona tiene mitomanía?

Detectar si alguien tiene mitomanía puede ser complicado, pero hay ciertos signos y conductas que pueden servir de indicio:

  1. Frecuencia y naturaleza de las mentiras. La persona miente de manera frecuente, incluso cuando no hay una razón clara para hacerlo. La tendencia a mentir puede ser tanto pequeñas como muy trabajadas.
  2. Consistencia en las historias. Las historias que cuenta la persona con mitomanía suelen ser inconsistentes. Los detalles cambian con el tiempo y pueden contradecirse entre sí.
  3. Motivación detrás de las mentiras. Las mentiras esporádicas a menudo no tienen un beneficio. En muchos casos, la persona miente por hábito, no siempre para obtener algo.
  4. Reacción ante el descubrimiento. Cuando se descubre una mentira, la persona puede responder con más mentiras para cubrirse o puede reaccionar con irritación y defensiva.
  5. Autopercepción y reconocimiento. Muchas personas con mitomanía no son conscientes de que están mintiendo, o no reconocen el alcance de sus mentiras.
  6. Impacto en las relaciones. Las mentiras repetidas pueden dañar las relaciones personales y laborales. Las personas cercanas pueden empezar a desconfiar y evitar al individuo.
  7. Consecuencias emocionales y psicológicas. La persona puede sentir culpa, vergüenza o ansiedad debido a sus mentiras. Aunque estos sentimientos no siempre están presentes.

Tratamiento mitomanía

Como cualquier trastorno psicológico el primer paso para poder tratarlo es que el paciente lo acepte y busque ayuda. En este caso, un mitómano rara vez reconoce que mentir de forma compulsiva es un problema. Por ello, para que estas personas puedan ser tratadas es importante el papel de sus familiares, amigos, etc.

Como hemos mencionado la adicción de mentir se genera por una baja autoestima. Estas personas piensan que no serán aceptadas socialmente por ser como son, así que mienten para aparentar ser diferentes. Imitan las conductas y experiencias de otras personas a través de las mentiras. 

Por ello, el tratamiento pasa por acudir a un profesional en psicología. Los primeros pasos consisten en mejorar la autoestima y hacer ver a la persona cuáles son sus habilidades sociales. De esta manera puede ver como no es necesario mentir, ya que su personalidad real es igual de válida que otra cualquiera. Se utilizan para ello diversas técnicas como la de autoimagen y también herramientas para disminuir la ansiedad, otro de los síntomas habituales de un mentiroso compulsivo. 

En ocasiones, también es necesario el uso de psicofármacos. El profesional analiza al paciente y conoce sus mentiras. Luego, decide las mejores técnicas a utilizar.

Si es necesario, también puede recetar psicofármacos. Todo esto se basa en los motivos y los inicios de las mentiras.