tensión baja

Tensión baja: qué es, síntomas y cómo actuar

La tensión baja, también conocida como hipotensión arterial, ocurre cuando la presión de la sangre en las arterias es más baja de lo normal. Aunque solemos escuchar más sobre la hipertensión (tensión alta), lo cierto es que tener la tensión demasiado baja también puede afectar a la salud y al bienestar diario.

¿Qué se considera tensión baja?

De manera general, se considera hipotensión cuando la presión arterial se encuentra por debajo de 90/60 mmHg. Sin embargo, no todas las personas lo experimentan de la misma manera: en algunos casos puede ser asintomática y no representar un problema, mientras que en otros puede generar malestar o complicaciones.

Síntomas más frecuentes

Los síntomas de la tensión baja pueden variar en intensidad, pero los más comunes son:

  • Mareos o sensación de desmayo.
  • Visión borrosa.
  • Fatiga o debilidad.
  • Náuseas.
  • Dificultad para concentrarse.
  • Piel fría, húmeda o pálida.

En casos más graves, la hipotensión puede provocar desmayos, lo que aumenta el riesgo de caídas o accidentes.

Principales causas

La tensión baja puede deberse a distintos factores, entre ellos:

  • Deshidratación. Perder líquidos por sudor excesivo, diarrea o vómitos.
  • Problemas cardíacos. Como bradicardia o insuficiencia cardíaca.
  • Trastornos endocrinos. Por ejemplo, hipotiroidismo o insuficiencia suprarrenal.
  • Medicamentos. Algunos fármacos para tratar la hipertensión, la depresión o el Parkinson pueden bajar la tensión.
  • Embarazo. Es común que la presión arterial descienda en los primeros meses de gestación.
  • Cambios posturales bruscos. La llamada hipotensión ortostática, al levantarse rápidamente.

¿Qué hacer ante la tensión baja?

Si se presentan episodios ocasionales y leves, algunas medidas sencillas pueden ayudar:

  • Mantenerse bien hidratado.
  • Evitar levantarse de golpe tras estar sentado o acostado.
  • Comer varias veces al día en pequeñas cantidades.
  • Usar medias de compresión (en caso de recomendación médica).
  • Reducir el consumo de alcohol.

Cuando la tensión baja es persistente o aparece acompañada de síntomas intensos, es importante consultar con un médico para determinar la causa y recibir el tratamiento adecuado.

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planta del pie

Planta del pie que se abre: cuándo preocuparse y acudir al médico

Cuando se dice que “se abre la planta del pie” generalmente no se refiere a algo literal, sino a una forma de describir un problema en la piel o en la estructura del pie. Dependiendo del contexto, puede significar:

  1. Heridas o grietas en la planta del pie:
    • La piel puede agrietarse por sequedad, callosidades, hongos o diabetes.
    • Se ven fisuras profundas que a veces pueden sangrar, dando la sensación de que “se abre”.

  2. Separación de los dedos o del arco al apoyar el pie:
    • En algunos casos, al caminar o estar de pie, la forma de apoyar el pie hace que parezca que la planta se abre.
    • Esto puede relacionarse con problemas de postura o pie plano.

  3. Infecciones o úlceras:
    • Personas con problemas circulatorios o diabetes pueden desarrollar úlceras en la planta del pie, que se describen como que la piel “se abre”.

Causas más frecuentes de planta del pie abierta

  • Sequedad excesiva de la piel. Provoca grietas, sobre todo en el talón.
  • Callosidades y durezas. La presión al caminar puede generar fisuras.
  • Hongos (pie de atleta). Pueden causar descamación, picor y grietas entre los dedos o en la planta.
  • Diabetes o mala circulación. Favorece la aparición de úlceras que no cicatrizan.
  • Zapatos inadecuados. Tacones altos, calzado muy ajustado o sin soporte pueden generar lesiones.
  • Trauma o fricción. Caminatas largas, deportes o estar mucho tiempo de pie.

Síntomas que indican gravedad

  • Dolor intenso o que impide caminar.
  • Sangrado o supuración (pus).
  • Enrojecimiento, calor o hinchazón alrededor de la grieta.
  • Mal olor persistente (posible infección).
  • Heridas que no cicatrizan en semanas.

¿Cuándo acudir al médico?

Debes acudir al médico de inmediato si notas cualquiera de estas señales en la planta del pie:

  1. Heridas profundas o que no cicatrizan en más de una semana.
  2. Sangrado o supuración de pus, que puede indicar infección.
  3. Dolor intenso que dificulta caminar o apoyar el pie.
  4. Enrojecimiento, calor o hinchazón alrededor de la grieta o lesión.
  5. Mal olor persistente, síntoma de infección bacteriana o fúngica.
  6. Diabetes, mala circulación o enfermedades crónicas, ya que las heridas en estos casos pueden complicarse rápidamente.
  7. Fiebre o malestar general, que podría indicar que la infección se está extendiendo.

Tip: No intentes cortar, raspar o apretar la herida por tu cuenta; esto aumenta el riesgo de infección y complicaciones.

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dolor de gemelos

La importancia de calentar y estirar para prevenir el dolor de gemelos

El dolor de gemelos se refiere a molestias o calambres en los músculos de la parte posterior de la pierna, justo debajo de la rodilla, conocidos como gemelos o gastrocnemios. Este dolor puede variar desde leve hasta intenso y suele aparecer al caminar, correr o incluso en reposo durante la noche.

Causas comunes dolor de gemelos

El dolor de gemelos muchas veces se debe a sobrecarga muscular o calambres, que pueden evitarse con un buen calentamiento y estiramiento.

  1. Calentamiento previo al ejercicio:

    • Aumenta la circulación sanguínea hacia los músculos, lo que mejora el aporte de oxígeno y nutrientes.
    • Prepara los gemelos y demás músculos de la pierna para movimientos bruscos o de alta intensidad.
    • Reduce el riesgo de lesiones, desgarros o sobrecargas.

  2. Estiramiento después del ejercicio:

    • Ayuda a relajar el músculo, disminuyendo la tensión acumulada durante la actividad física.
    • Mejora la flexibilidad, evitando que los músculos se acorten y se vuelvan más propensos a calambres.
    • Favorece la recuperación muscular, reduciendo dolor y rigidez post-ejercicio.

  3. Estiramientos específicos para gemelos:

    • Estiramiento de pie apoyando la planta del pie en el suelo y llevando el talón hacia abajo.
    • Estiramiento con la pierna extendida sobre una superficie inclinada o escalón.
    • Movimientos suaves antes y después de correr, saltar o entrenar.

Síntomas

  • Dolor repentino o constante en la parte posterior de la pierna.
  • Rigidez o sensación de tensión en el músculo.
  • Hinchazón, hematomas o dificultad para caminar (en caso de lesión).
  • Calambres nocturnos que despiertan del sueño.

Tratamiento y cuidados

  • Descanso relativo. Evitar actividades que empeoren el dolor.
    Estiramientos suaves. Gemelos, soleo y tobillos.
  • Masaje o calor local. Mejora la circulación y relaja el músculo.
  • Hidratación y aporte de minerales. Agua, plátano, frutos secos o suplementos si es necesario.
  • Medicamentos antiinflamatorios. Solo si lo indica un médico y de forma puntual.

Cuándo acudir al médico por dolor de gemelos

  • Dolor muy intenso que impide caminar.
  • Hinchazón, enrojecimiento o calor en la zona.
  • Aparición de hematomas grandes o deformidad muscular.
  • Dolor acompañado de fiebre o problemas para mover el pie.
  • Sospecha de trombosis (dolor súbito, hinchazón y calor en la pierna).
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forúnculo

Forúnculo: causas, síntomas y prevención

Un forúnculo es una infección de la piel causada generalmente por la bacteria Staphylococcus aureus. Se forma cuando un folículo piloso (donde nace el pelo) se infecta y llena de pus, creando un bulto rojo, doloroso y abultado. Si hay varios forúnculos juntos, se llama carbunco.

Algunos puntos clave:

  • Comienza como un pequeño bulto rojo.
  • Puede crecer y formar pus en el centro.
  • Es doloroso al tacto.
  • Suele aparecer en cuello, espalda, axilas o glúteos.
  • En la mayoría de los casos se cura solo, pero a veces necesita drenaje o antibióticos si se complica.

Diferencias 

Un forúnculo es mucho más grande que un grano o espinilla y suele ser doloroso al tacto. Comienza como un bulto rojo que, con el tiempo, se llena de pus en el centro. Aparece con mayor frecuencia en zonas como el cuello, la espalda, las axilas o los glúteos. Su desarrollo puede tomar varios días y, en ocasiones, requiere drenaje o tratamiento médico.

En cambio, un grano o espinilla es más pequeño, generalmente de 2 a 5 mm, y suele causar poco o ningún dolor. Aparece comúnmente en la cara, el pecho, los hombros o la espalda. Suele tener un centro blanco o amarillo cuando hay pus, y por lo general desaparece solo en pocos días sin necesidad de tratamiento médico.

La principal diferencia está en el tamaño, la intensidad del dolor, la velocidad de aparición y la necesidad (o no) de intervención médica. Mientras que los granos suelen ser leves y autolimitados, los forúnculos son infecciones más profundas que a veces requieren atención profesional.

Tratamiento de un forúnculo

  • No apretarlo. Esto puede propagar la infección.
  • Compresas calientes. Aplicar 10–15 minutos, 3–4 veces al día ayuda a que drene solo.
  • Higiene. Lavar con agua y jabón antibacteriano la zona.
  • Antibióticos. Solo si el médico lo indica, especialmente si hay fiebre, varios forúnculos o si no drena.
  • Drenaje profesional. Si el forúnculo es muy grande o muy doloroso, un médico puede abrirlo de manera segura.

Prevención

  • Mantener la piel limpia y seca.
  • Evitar compartir toallas, ropa o sábanas.
  • No apretar granos o forúnculos.
  • Revisar la higiene en ropa y ropa de cama.
  • Fortalecer el sistema inmune con buena alimentación, sueño y manejo del estrés.

Algunas personas son más propensas a tener forúnculos recurrentes debido a la colonización de Staphylococcus aureus en la piel. En esos casos, el médico puede sugerir un antibiótico preventivo o un lavado especial con antiséptico.

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Juanetes: causas, prevención y tratamiento

Los juanetes, conocidos médicamente como hallux valgus, son una deformidad del pie que se manifiesta como una protuberancia ósea en la base del dedo gordo. Esta condición ocurre cuando el dedo gordo se desvía hacia los otros dedos, lo que provoca que la articulación se sobresalga hacia afuera. Además de la alteración estética, los juanetes pueden causar dolor, inflamación y dificultad para calzarse.

¿Por qué salen los juanetes?

Los juanetes suelen aparecer por una combinación de factores:

  1. Genética. La predisposición hereditaria es uno de los principales factores. Personas con pies planos o arcos caídos tienen más riesgo.
  2. Calzado inapropiado. Usar zapatos demasiado estrechos, de punta fina o tacones altos puede favorecer la aparición de la deformidad.
  3. Alteraciones biomecánicas. Problemas en la distribución del peso al caminar pueden generar presión sobre la articulación del dedo gordo.
  4. Enfermedades articulares. Condiciones como la artritis reumatoide pueden aumentar la probabilidad de desarrollar juanetes.

Síntomas comunes de los juanetes

  • Protuberancia en la base del dedo gordo.
  • Dolor al caminar o al usar zapatos.
  • Inflamación y enrojecimiento alrededor de la articulación.
  • Dificultad para mover el dedo gordo.

Tratamiento y cuidado

El manejo de los juanetes depende de la gravedad:

  • Medidas conservadoras. Cambiar a calzado amplio y cómodo, usar plantillas ortopédicas o separadores de dedos, aplicar hielo para reducir la inflamación y tomar analgésicos si hay dolor.
  • Fisioterapia. Ejercicios de estiramiento y fortalecimiento pueden ayudar a aliviar la presión sobre la articulación.
  • Cirugía. En casos severos o cuando el dolor interfiere con la vida diaria, el médico puede recomendar una corrección quirúrgica.

Cuándo ir al médico

Es importante acudir a un especialista en podología o traumatología sí:

  • El dolor es constante o intenso.
  • Se forman callos o ampollas sobre la protuberancia.
  • Hay inflamación persistente.

Se nota que el dedo gordo sigue desviándose con el tiempo.

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calentamiento

La importancia del calentamiento antes de entrenar

El calentamiento es una parte fundamental de cualquier rutina de ejercicio, aunque muchas veces se subestima. Además, su principal objetivo es aumentar la temperatura muscular y la circulación sanguínea. Para así, facilitar la elasticidad de los músculos y reducir el riesgo de lesiones.

Beneficios del calentamiento

Antes de comenzar cualquier rutina de ejercicio, es fundamental entender por qué el calentamiento es tan importante. Además, no solo prepara los músculos, sino que también optimiza la circulación y la coordinación. Por consiguiente, quienes dedican unos minutos a calentar pueden mejorar su rendimiento y reducir significativamente el riesgo de lesiones.

  • Previene lesiones. Al aumentar la elasticidad muscular y la movilidad de las articulaciones, disminuye el riesgo de desgarros, esguinces y otros daños.
  • Mejora el rendimiento. Prepara los músculos y el sistema cardiovascular, permitiendo entrenar con mayor eficacia y resistencia.
  • Aumenta la temperatura corporal. Un cuerpo más cálido responde mejor, contrayendo y relajando los músculos de manera más eficiente.
  • Activa la circulación sanguínea. Favorece la llegada de oxígeno y nutrientes a los músculos, optimizando la energía disponible.
  • Prepara mentalmente. Ayuda a concentrarse, enfocar la motivación y coordinar movimientos antes del esfuerzo físico.
  • Facilita la movilidad articular. Mejora la flexibilidad dinámica y la amplitud de movimiento, lo que se traduce en movimientos más seguros y fluidos.
  • Reduce la fatiga inicial. Permite que el cuerpo se adapte progresivamente al esfuerzo, evitando agotamiento prematuro.

Peligros de no calentar

Ignorar el calentamiento antes de entrenar puede traer consecuencias serias. Por ejemplo, los músculos fríos y las articulaciones rígidas son más propensos a lesiones. Además, la falta de preparación puede reducir el rendimiento y causar fatiga prematura.

  1. Mayor riesgo de lesiones. Músculos fríos y articulaciones rígidas son más propensos a desgarros, esguinces y torceduras.
  2. Rendimiento reducido. Entrenar sin preparación puede provocar fatiga temprana y, por consiguiente, menor eficacia en los ejercicios.
  3. Estrés cardiovascular inesperado. Pasar de reposo a actividad intensa puede sobrecargar el corazón y la presión arterial.
  4. Movimientos torpes o descoordinados. Sin preparación, la coordinación y los reflejos no están óptimos, aumentando accidentes.

Otros puntos destacados

Ignorar esta fase puede provocar un menor rendimiento, mayor fatiga y, sobre todo, un aumento del riesgo de accidentes. Por eso, dedicar de cinco a diez minutos a calentar adecuadamente puede marcar la diferencia entre un entrenamiento efectivo y uno que perjudique al cuerpo. 

  • Duración adecuada. Entre 5 y 15 minutos suele ser suficiente, sin embargo, esto depende de la intensidad del entrenamiento.
  • Tipos de calentamiento. Puede ser general (correr suave, saltos, movilidad articular) o específico (movimientos que simulan el ejercicio principal).
  • Beneficios mentales. Ayuda a concentrarse, reducir estrés y aumentar motivación antes de entrenar.
  • Prevención a largo plazo. Calentar regularmente protege articulaciones y músculos, manteniéndolos saludables con el tiempo.
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lactancia materna

Tips para la lactancia materna

La lactancia materna es mucho más que un acto de nutrición; es un vínculo profundo entre madre e hijo que favorece el desarrollo físico, emocional y cognitivo del bebé. Además de aportar todos los nutrientes necesarios durante los primeros meses de vida, fortalece el sistema inmunológico del recién nacido y contribuye al bienestar de la madre. 

Sin embargo, muchas veces este proceso puede presentar desafíos, desde dificultades en el agarre hasta dudas sobre la frecuencia de las tomas. Conocer estrategias prácticas y consejos efectivos puede marcar la diferencia para que la lactancia sea una experiencia exitosa y satisfactoria tanto para el bebé como para la madre hasta el destete.

1. Posición y agarre correcto

  • Asegúrate de que el bebé tenga la boca bien abierta y abarque pezón y areola.
  • Mantén al bebé cerca del cuerpo, con la panza pegada a tu abdomen.
  • Cambia de posición para evitar dolor en los pezones (posición cuna, balón de rugby, acostada de lado).

2. Frecuencia y duración

  • Ofrece el pecho cada 2–3 horas o a demanda del bebé.
  • Deja que el bebé termine un pecho antes de ofrecer el otro.
  • La duración puede variar, pero lo importante es que vacíe bien el pecho.

3. Evitar suplementos innecesarios

  • La leche materna es suficiente para los primeros 6 meses.
  • Evita agua, jugos o fórmulas a menos que el pediatra lo indique.
  • Esto ayuda a mantener la producción de leche.

4. Alimentación y cuidados de la madre

  • Hidrátate bien y come alimentos variados y nutritivos.
  • Evita alcohol, tabaco y exceso de cafeína.
  • Descansa siempre que puedas; el cansancio afecta la lactancia.

5. Aliviar molestias

  • Para pezones doloridos: usa compresas de agua tibia y masaje suave.
  • Cambia de posición regularmente.
  • Consulta con un especialista si hay grietas o dolor intenso.

6. Estimular la producción de leche

  • Amamanta con frecuencia y a demanda.
  • Asegúrate de que el bebé vacíe completamente el pecho.
  • Considera la extracción manual o con sacaleches si estás separada del bebé.

7. Señales de buena lactancia materna

  • Bebé activo y alerta durante las tomas.
  • Mínimo 6–8 pañales mojados al día.
  • Aumento de peso adecuado según curvas de crecimiento.

8. Apoyo y educación

  • Busca grupos de apoyo de lactancia (consultoras, hospitales, asociaciones).
  • No dudes en pedir ayuda si sientes frustración o dudas.
  • La lactancia puede mejorar con guía profesional.

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Trastornos del sueño en la infancia

El trastorno del sueño infantil incluye cualquier dificultad significativa para dormir o mantener un sueño reparador, que afecta la salud, el comportamiento o el desarrollo del niño. Puede ser primario (originado en el sueño mismo) o secundario (debido a otra enfermedad).

Tipos 

  1. Insomnio infantil

    • Dificultad para iniciar o mantener el sueño.
    • Frecuente en niños pequeños y escolares.
    • Puede deberse a ansiedad, hábitos inadecuados de sueño o problemas médicos.

  2. Parasomnias

    • Son comportamientos anormales durante el sueño.
    • Ejemplos: sonambulismo, terrores nocturnos, pesadillas.

  3. Trastornos respiratorios del sueño

    • Apnea obstructiva del sueño (AOS) en niños.
    • Relacionado con amígdalas/adenoides grandes, obesidad o problemas neuromusculares.

  4. Trastornos del ritmo circadiano

    • Dificultad para conciliar el sueño a la hora habitual.
    • Ejemplo: síndrome de retraso de fase del sueño en adolescentes.

Causas

  • Factores ambientales: rutinas irregulares, exceso de pantallas antes de dormir.
  • Factores médicos: asma, reflujo, alergias, dolor crónico.
  • Genética: predisposición a ciertos trastornos del sueño.
  • Factores psicológicos: ansiedad, estrés, cambios en la familia.

Síntomas trastorno del sueño

  • Irritabilidad y cambios de humor.
  • Dificultad de concentración y bajo rendimiento escolar.
  • Somnolencia diurna excesiva.
  • Problemas de crecimiento si el sueño es crónicamente insuficiente.

Diagnóstico

  • Historia clínica detallada: hábitos de sueño, ambiente, salud general.
  • Cuestionarios de sueño infantiles.
  • Polisonografía: estudio del sueño en casos complicados.
  • Evaluación de enfermedades subyacentes (asma, apnea, ansiedad).

Tratamiento trastorno del sueño

Hay distintos tratamientos para este trastorno. En primer lugar, se suelen tomar medidas conductuales y de higiene del sueño. Esto implica como base, establecer horarios de sueño regulares y crear un ambiente adecuado: oscuro, silencioso y fresco.

También es importante limitar pantallas y actividades estimulantes antes de dormir. Se deben llevar a cabo rutinas relajantes: lectura, baño o música suave, entre otras.

Cuando estas medidas no funcionan, hay que acudir al tratamiento médico. En caso de apnea del sueño: cirugía (amígdalas/adenoides), CPAP. Hacer uso de medicación tiene lugar sólo en casos específicos y bajo supervisión pediátrica.

Lo menos frecuente son las intervenciones psicológicas. Se trata de terapia cognitivo-conductual para insomnio o ansiedad asociada. Además de dar apoyo familiar y educación sobre hábitos de sueño.

Consecuencias si no se trata

  • Problemas de aprendizaje y memoria.
  • Dificultades emocionales y de comportamiento.
  • Riesgo aumentado de obesidad y trastornos metabólicos.
  • Fatiga crónica y disminución de la calidad de vida.
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depresión

Tipos de depresión

La depresión es un trastorno del estado de ánimo que afecta a millones de personas en el mundo. No es solo sentirse triste, pues es un trastorno que implica una serie de síntomas que interfieren significativamente con la vida diaria.

Aunque no es del todo conocido, hay distintos tipos del trastorno. A continuación, explicamos cada uno de ellos:

Depresión mayor

La depresión mayor o trastorno depresivo mayor es un estado de ánimo persistentemente bajo, pérdida de interés en actividades cotidianas. Tiene diferentes síntomas como fatiga, cambios en el apetito, insomnio o hipersomnia. Además de los pensamientos negativos. Estos síntomas deben durar al menos dos semanas para que se diagnostique clínicamente.

Distimia o trastorno depresivo persistente

Es una forma crónica, menos intensa pero de larga duración. Sus síntomas pueden durar años, afectando el funcionamiento diario de quien la padece. Las personas con distimia suelen sentirse constantemente «apagadas» o desmotivadas.

Depresión estacional

Conocida como trastorno afectivo estacional, ocurre generalmente durante los meses de otoño e invierno, cuando hay menos luz solar. Se manifiesta con síntomas similares a la depresión mayor, pero sigue un patrón cíclico vinculado a las estaciones del año.

Depresión posparto

Afecta a algunas mujeres después del parto. Va más allá de la «tristeza postparto» y puede interferir con el vínculo entre madre e hijo. Requiere tratamiento médico y apoyo emocional especializado.

Trastorno bipolar (fase depresiva)

Aunque el trastorno bipolar se caracteriza por alternancia entre manía y depresión, la fase depresiva puede ser severa y prolongada. En la mayoría de los casos con síntomas similares a la depresión mayor.

Conocer los distintos tipos de este trastorno es fundamental para entender que no todas las personas la experimentan de la misma manera. Es importante tener el diagnóstico adecuado, reconociendo los síntomas para buscar ayuda profesional. Este es el primer paso hacia una mejor calidad de vida.

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cistitis

¿Qué es la cistitis?

La cistitis es una inflamación de la vejiga, generalmente causada por una infección bacteriana. Es una de las infecciones del tracto urinario (ITU) más comunes, afectando con mayor frecuencia a las mujeres debido a la anatomía de su uretra, que es más corta y está más cerca del ano, facilitando la entrada de bacterias a la vejiga. Sin embargo, también puede afectar a hombres y niños.

Síntomas comunes

Los síntomas de la cistitis pueden variar en intensidad, pero los más frecuentes incluyen:

  • Necesidad frecuente y urgente de orinar, incluso si solo se expulsa una pequeña cantidad de orina.
  • Sensación de ardor o dolor al orinar (disuria).
  • Dolor en la parte baja del abdomen o en la región pélvica.
  • Orina turbia o con un olor fuerte.
  • En algunos casos, puede aparecer sangre en la orina (hematuria).
  • Fiebre baja (aunque es menos común en la cistitis simple y puede indicar una infección más grave si es alta).
  • Sensación de presión en la vejiga.

Causas de la cistitis

La causa más común de cistitis es la entrada de bacterias, especialmente la Escherichia coli (E. coli), que normalmente vive en el intestino, a la uretra y luego a la vejiga. Otros factores que pueden contribuir a su aparición incluyen:

  • Relaciones sexuales, que pueden introducir bacterias en la uretra.
  • Uso de diafragmas o espermicidas.
  • Menopausia, debido a cambios hormonales que adelgazan los tejidos uretrales y vaginales.
  • Problemas que impiden el vaciado completo de la vejiga, como cálculos renales o un agrandamiento de la próstata en hombres.
  • Un sistema inmunitario debilitado.
  • Ciertas condiciones médicas como la diabetes.
  • El uso prolongado de un catéter urinario.

Tratamiento

El tratamiento de la cistitis generalmente implica el uso de antibióticos recetados por un médico. Es fundamental completar el ciclo de antibióticos, incluso si los síntomas mejoran, para asegurar la eliminación completa de la infección y prevenir recaídas o el desarrollo de resistencia bacteriana.

Además de los antibióticos, algunas medidas que pueden aliviar los síntomas y ayudar en la recuperación incluyen:

  • Beber mucha agua para ayudar aLavar las bacterias de la vejiga.
  • Evitar bebidas irritantes como el café, el alcohol y los refrescos con cafeína.
  • Aplicar una almohadilla térmica en el abdomen para aliviar el dolor.
  • Tomar analgésicos de venta libre, como ibuprofeno o paracetamol, si es necesario.

Prevención para la cistitis

Aunque no siempre es posible prevenir la cistitis, se pueden tomar algunas medidas para reducir el riesgo:

  • Beber muchos líquidos a lo largo del día.
  • Orinar con frecuencia y no retener la orina por mucho tiempo.
  • Limpiarse de adelante hacia atrás después de ir al baño, especialmente después de defecar.
  • Orinar después de las relaciones sexuales.
  • Evitar el uso de productos irritantes en la zona genital, como duchas vaginales, desodorantes íntimos o talcos.
  • Usar ropa interior de algodón y evitar prendas ajustadas que puedan atrapar la humedad.
  • Ducharse en lugar de bañarse en tina.
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